lunes, 6 de junio de 2011

JOAN BROSSA

Poeta catalán para el que no existían distinciones de género (literario, escénico, visual, objetual...), nació en Barcelona el 19 de enero de 1919 y murió en la misma ciudad el 30 de diciembre de 1998.


Biografía     

Con sólo 18 años fue llamado a participar en la Guerra Civil Española, en el bando republicano, en la que resultó herido. Fue en plena contienda cuando se inició en la escritura. Después de la guerra y por haber estado en el bando perdedor, se vio obligado a prestar el servicio militar, en Salamanca.

De regreso a Cataluña a finales de 1941, conoce al poeta J.V. Foix, máximo exponente del surrealismo literario catalán del período anterior a la Guerra Civil, quien se convierte en otra influencia importante y a través del cual entra en contacto con los integrantes del grupo ADLAN, con el pintor Joan Miró y el dinamizador artístico Joan Prats. Con ellos explora las diversas vanguardias europeas, entre otras el surrealismo y el dadaísmo.
Joan Brossa: Poema visual transitable en tres partes. Barcelona, Velòdrom de la Vall d'Hebron.
El interés en la psicología y la obra de Freud le sugieren la creación de imágenes hipnagógicas y le acercan al automatismo psíquico y al surrealismo.
Mallarmé, para Brossa un ejemplo de rigor intelectual y un auténtico precursor del caligrama, antes incluso que el propio Apollinaire, le inspiran la creación de poesía visual.
En 1948 participa en la creación de la revista Dau al Set con los pintores Joan Ponç, Antoni Tàpies, Modest Cuixart y Joan-Josep Tharrats y el filósofo Arnau Puig (a los que un año más tarde se añadió el polígrafo Juan Eduardo Cirlot), que significa un punto de referencia capital para la vanguardia artística catalana de la época, en claro contraste con el marasmo intelectual imperante bajo el primer franquismo.
La relación (1947-1951) con el poeta brasileño João Cabral de Melo Neto, cuya amistad conservará toda la vida a pesar de que no se volverán a ver hasta 1993, le devuelve el contacto con la realidad cotidiana y le incita a conocer el marxismo. La obra de Brossa gana en profundidad política y asume un compromiso social que nunca abandonará. Cabral de Melo prologa y edita su libro Em va fer Joan Brossa (Me hizo Joan Brossa, 1951) uno de los primeros ejemplos europeos de la llamada "antipoesia".
La lectura de filosofía y religiones orientales, en especial sobre el zen le reafirman en su vivencia de la importancia de la sencillez de las cosas y la búsqueda del equilibrio. No desdeña, sin embargo, la perfección formal, para lo cual se ejercita en el soneto (como su referente Mallarmé), la oda en estrofa sáfica y singularmente en la sextina, dificilísima composición poliestrófica de origen medieval.
La aparición en 1970 de su volumen Poesia rasa, recopilación de diecisiete libros de poesia que habían tenido una ínfima difusión en su momento o que se hallaban aún inéditos, supuso un fuerte revulsivo para el panorama literario catalán, todavía sujeto a censura y a obstáculos por motivos idiomáticos.
En efecto, la obra literaria de Brossa, de dimensiones enormes y en parte aún inédita, fue redactada exclusivamente en lengua catalana. Públicó unos 80 libros de literatura. Ha sido objeto de traducciones al español, al francés, al inglés, al alemán, al italiano, al portugués, al sueco, al neerlandés, al húngaro, al serbo-croata, al polaco, al checo, al japonés, al ruso y al esperanto. Gracias a la inmediatez de su poesía visual, objetual y corpórea ha llegado a ser universalmente conocido, aun a riesgo de que el género más cultivado por el poeta, el literario en general, siga siendo casi desconocido incluso en ambientes internacionales que valoran a Brossa como artista plástico de referencia.
Joan Brossa fue galardonado con los premios Crítica de Serra d'Or (en cuatro ocasiones: 1971, 1974 -por dos obras- y 1978),Lletra d'Or (1981), Ciutat de Barcelona (1987), Medalla Picasso de la Unesco (1988), Nacional de Artes Plásticas (1992), Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1995) y Nacional de Teatro de la Generalitat de Catalunya (1998). Era miembro de honor de l'Associació d'Escriptors en Llengua Catalana. En 1999 y a título póstumo (falleció veinte días antes de su octogésimo aniversario, fecha programada para la ceremonia) fue investido doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Poesía escénica
Joan Brossa: Homenatge al llibre, poema urbano. Barcelona, cruce Passeig de Gràcia / Gran Vía
El concepto del arte como visualidad, como espectáculo, está presente en la totalidad de su obra. Con antecedentes familiares en el mundo del teatro, desde muy pequeño manifestó su interés por este género y por su componente de magia y sorpresa. Brossa, en su juventud, llegó incluso a realizar ejercicios de prestidigitación. La pasión de Brossa hacia la música romántica y en especial por la obra de arte total de Richard Wagner, así como su afición a les técnicas de la transformación y el escapismo de Leopoldo Fregoli, no hacen sino corroborar su interés por la dramaturgia: es en el teatro donde Brossa encuentra la cuarta dimensión del poema (Dau al Set, la séptima cara del dado). Lo mismo sucede con el cine, género del que era literalmente un fanático y para el que escribió diversos guiones.
Con la llegada de los sesenta, Brossa estrena la obra “Or i sal” (teatro literario, con escenografía de Antoni Tàpies) y algunas acciones-espectáculo que pueden ser consideradas precedentes claros del happening o de la performance. Los primeros textos de este género, aunque no presentados hasta mucho después, ya fueron escritos en los años cuarenta, es decir, más de una década antes de la aparición de las obras de John Cage o del grupo Fluxus.
Su obra teatral es tan extensa (unas 380 piezas, editadas en seis volúmenes más algunas inéditas) como poco conocida. Está centrada en el teatro del absurdo, los diálogos aparentemente irrelevantes y las situaciones grotescas. Aun cuantitativamente menor en el conjunto de la obra de Brossa para la escena, resulta tan infrecuente como interesante su incursión en el terreno parateatral: destacan sus "strip-teases", su "teatro irregular", sus "acciones-espectáculo", sus "monólogos de transformación" al estilo de su admirado Frègoli, su teatro para títeres o los espectáculos de ilusionismo y fantasía escritos para Hausson y Pep Bou. También merecen especial atención sus libretos de ópera escritos para sus amigos los músicos Josep Maria Mestres Quadreny y Carles Santos, así como los guiones cinematográficos realizados por Pere Portabella y Frederic Amat.
Poemas visuales, poemas objeto y poemas urbanos
Su poesía visual y sus carteles constituyen la parte de su obra más conocida, hasta el punto que en este terreno Brossa llega a ser un referente mundial. Reconocida o no su paternidad remota, constantemente aparecen en todo el mundo obras plásticas que "brossean".
Las primeras incursiones de Brossa en la plástica, con una técnica cercana al caligrama, datan de 1941, cuando ni siquiera el término "poesia visual" había sido acuñado. Desde 1943 empieza a trabajar con los poemas objeto que empiezan a exponerse públicamente a partir de 1956, frecuentemente en colaboración con pintores como Miró, Tàpies o Ponç. Es a partir de 1960 que su obra plástica alcanza su plenitud, tanto en número como en profundidad. En este año realiza el poema visual Cerilla y en 1965 el libro de artista Novel·la (éste en colaboración con Antoni Tàpies), considerados auténticas obras maestras del arte conceptual universal.
Retomó tardíamente el poema objeto, en la senda de Marcel Duchamp aunque superándolo en cuanto a proyección externa y compromiso social. Para Brossa se trata de descubrir la magia en el objeto más vulgar, siguiendo la línea del arte pobre, pero nunca gratuitamente, sino con un claro mensaje detrás de cada producción. A partir de los 70 manipula los objetos para profundizar en su sentido o bien para representar el concepto desnudo. Objetos y poemas son muy cotidianos. Su interés radica frecuentemente en el contraste entre el título y el objeto insólito que nos presenta.
El objeto brossiano evoluciona hacia la instalación, a menudo de gran formato, y a menudo también efímera. Destaca en este sentido la intervención en todos los espacios expositivos del Palau de la Virreina de Barcelona en 1994, en los que creó, partiendo del continente, un contenido variado y de fuerte impacto quasiteatral.
Con el tiempo la obra plástica de Brossa alcanza su dimensión cívica: sus poemas visuales corpóreos se instalan en espacios públicos como poemas transitables que se integran en la realidad cotidiana de Barcelona. Más tarde estos poemas corpóreos llegarán a muchos puntos de Cataluña y también
Opinión Personal
He elegido a Joan Brossa por su vinculación con la diplomatura que estudio, Diseño de Producto, ya que gracias a su experimentación con objetos mediante la poesía visual nos hace ver a través de su peculiar óptica visual una manera de ver las cosas un tanto rara e irónica, dándonos a entender que para expresar sus sentimientos no se necesita un pincel o un lápiz, sino ingenio y objetos cotidianos de la vida.

Obras












1 comentario:

  1. La foto del paquete con las gafas, no es de Joan Brossa, sino de CHEMA MADOZ. La relación de esta foto con Joan Brossa, es que forma parte del libro "Fotopoemario", fruto de la colaboración de Joan Brossa, que escribió los poemas, y de Chema Madoz, que hizo las fotografías que ilustraban los poemas.

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